Sterling Hayden (Johny) e Joan Crawford (Vienna)numa cena de Johnny GuitarNicholas Ray (1911-1979) estudou arquitectura com Frank Lloyd Wright e trabalhou no teatro como actor, sob a direcção de Elia Kazan e John Houseman.Começou a fazer cinema depois do término da Segunda Grande Guerra e seu primeiro filme data de 1948. Tornou-se rapidanmente um director com marcas distintivas fortes: heróis frágeis, palpáveis, que tentam sobreviver num mundo cuja chave de decifração eles não detêm. Nesse mundo, a onipresente violência física e mental convive com a possibilidade de uma paixão arrebatadora e irrestrita.Seus primeiros filmes frequëntemente focalizavam tipos marginalizados como heróis. Em seu primeiro filme como diretor, o lírico Amarga Esperança, de 1948, Farley Granger fazia o papel de uma asaltante de bancos indeciso em sua fuga com a namorada. Em No Silêncio da Noite, de 1950, Humphrey Bogart era um roteirista auto-destrutivo acusado de assassinato. Em Cinzas que Queimam, de 1951, Robert Ryan era um policial amargo, e Johnny Guitar, de 195, trazia Joan Crawford como uma convincentee dona de saloon.Em Cinzas que Queimam, a estrutura básica de Juventude Transviada estava montada: um policial (Robert Ryan), nitidamente afetado pelo desencanto e pelo ambiente em que vive, passa a agredir violentamente os criminosos que persegue. Depois do enésimo caso de violência acima do aceitável, ele é conduzido a uma investigação no campo onde encontrará uma mulher cega (Ida Lupino), por quem se apaixonará, mesmo que isso implique reconsiderar sua relação com a violência e seu poder auto-destrutivo. O talento e a fluência de Nicholas Ray para filmar essas cenas extremas, tanto os arroubos de violência quanto os delicados momentos da paixão nascente, não fascinou de primeira a crítica norte-americana, mas encantou os então jovens críticos da revista Cahiers du Cinéma, que trataram de classificá-lo como o mais importante cineasta do pós-guerra (Éric Rohmer, em sua crítica de Juventude Transviada, Cahiers nº59). Jean-Luc Godard acreditava ser Ray a expressão pura do cinema. Em Juventude Transviada, Nicholas Ray encontrou um ator perfeito para designar todos os estados de espírito com os quais mais gostava de trabalhar; James Dean é ao mesmo tempo um rosto criança abandonado pela vida e, inversamente, a possibilidade de uma explosão de violência quando menos se espera. Mal ou bem, os protagonistas mais importantes de Nicholas Ray, de 1949 a 1955, são adultos abandonados, como Sterling Hayden, Humphrey Bogart ou Robert Ryan.Seus últimos filmes foram duas super-produções rodadas na Espanha, dos quais ele não teve total controle directo na direção, devido às imposições do produtor Samuel Bronston: King of Kings (Rei dos Reis), de 1961, e um belo filme sobre a vida de Cristo, cujo ponto marcante é a cena do Sermão da Montanha, e que Ray dirigiu com muita competência, locomovendo, além dos actores, sete mil figurantes, além da bela trilha sonora de Miklos Rozsa, e 55 Dias em Pequim, de 1962, sobre a ocupação dos ingleses e norte-americanos na China, na época dos boxers. Em seu último filme, Ray sofreu durante as filmagens um enfarte.Abandonando a direcção e Hollywood, Ray dedicou-se ao ensino universitário, lecionando Cinema e Direcção até meados dos anos 70, quando descobriu que tinha câncer. Wim Wenders, que o admirava, o colocou em seu filme O Amigo Americano, de 1977 como actor, e co-dirigiu com ele o documentário Lightning Over Water, editado em 1980, e que reflete os últimos momentos de Nicholas Ray e sua luta contra o câncer, que finalmente o sucumbiu.Filmografia 1948 - They Live by Night1948 - Woman’s Secret1949 - Knock on Any Door1950 - In a Lonely Place (Matar ou não matar)1950 - Born to Be Bad ( A deusa do mal)1951 - Flying Leathernecks1951 - An Dangerous Ground ( Cega paixão) 1952 - The Lusty Men (Idílio selvagem)1954 - Johnny Guitar ( Johnny Guitar)1955 - Run for Cover1955 - Rebel Without a Cause (Fúria de viver)1955 - Hot Blood1956 - Bigger Than Life1956 - The True Story of Jesse James ( Jesse James?)1956 - Amère victoire1958 - Wind Across the Everglades ( A floresta interdita)1958 - Party Girl1960 - The Savage Innocents ( Sombras brancas)1961 - King of Kings ( O rei dos reis)1963 - 55 Days at Peking ( 55 dias em Pequim)Johny Guitar:la poetica del cinepor Carlos Gimenez SoriaLa adscripción de Johnny Guitar al género del western es un factor que se ha ido contemplando, con el paso del tiempo, como algo meramente circunstancial. De hecho, una historia de pasiones arrebatadoras y de odios intensos como ésta podría haberse ubicado en otros marcos temporales y espaciales, cosa que habría determinado su catalogación en un género cinematográfico distinto (tal es el caso, por ejemplo, de Chicago, años 30 con respecto al film noir o de Rebelde sin causa en relación al drama de la juventud contestataria). Por lo tanto, son las convenciones de un entorno referencial las que justifican que, en cierta manera, las películas de Nicholas Ray sean clasificables dentro del panorama del cine de géneros.La esencia de la obra de Ray reside en otros elementos que son el verdadero motivo de la definición de su personalidad creadora: el voluntario exilio interior en que viven sus personajes, la opresiva realidad del entorno que les rodea y la necesidad de escapar de él. Éstos son, sin lugar a dudas, los auténticos componentes de su estilo cinematográfico.Johnny Guitar se inicia con la llegada de un jinete cargado con una guitarra a la espalda (Sterling Hayden) a un paraje asolado por una tormenta de arena. Su destino es el salón de Vienna (Joan Crawford), una mujer cuya actitud e indumentaria —lleva pantalones y una extraña corbata rematada alrededor del cuello en forma de pajarita— reflejan un carácter más bien viril. El encuentro entre ambos, presidido por la comitiva del pueblo que viene a dar un ultimátum a Vienna para que cierre su local, es frío, distante y extrañamente impersonal cuando se supone que Vienna ha contratado los servicios de un músico. El pueblo acusa falsamente a Vienna de ser la amante de Dancing Kid (Scott Brady), jefe de una banda de forajidos que supuestamente a asaltado la diligencia. Por el contrario, la portavoz del pueblo, Emma Small (Mercedes McCambridge), sí está realmente enamorada de Kid y, por eso, odia a Vienna. En este enrarecido entorno se desarrollarán las múltiples expresiones de sentimientos, rencores y venganzas que configuran el clima de esta película.El inicial desconocimiento del guitarrista y su relación con Vienna es uno de los aspectos clave para la presentación de esta historia que se desatará con mayor agresividad y turbulencia conforme avance el film. Por ello, Ray prefiere detenerse a mostrarnos todo un juego de miradas y un cruce de palabras con el propósito de introducirnos paulatinamente en el análisis de la psicología de los dos personajes protagonistas, Johnny —el guitarrista— y Vienna. Esta parte inicial de la película es riquísima en matices y ambigüedades: Nicholas Ray pone todo su talento para la exposición psicológica por medio de una sorprendente dirección de actores y de una brillante puesta en escena, repleta de detalles expresivos.Una vez que la comitiva del pueblo se marcha y Vienna se queda a solas con Johnny, se descubre todo lo que antes tan sólo ha sido sugerido: ambos fueron amantes en el pasado. El rencor de la separación y la distancia los ha marcado, especialmente a ella que, para sobreponerse, ha masculinizado su carácter. En ese momento entra en juego la mano maestra de Philip Yordan, guionista inteligente y hábil que coloca en boca de ambos personajes diálogos que diseccionan y ponen de manifiesto una auténtica explosión de pasiones y resentimientos que, en realidad, revela, mediante un procedimiento inverso, el ansia con que aún se aman.O célebre diálogo entre Vienna e JohnyUn diálogo en particular ha pasado a la Historia del Cine como una de las declaraciones de amor más intensas jamás filmadas.Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado?Vienna: A tantos como mujeres tú recuerdas.Johnny: ¡No te vayas!Vienna:No me he movido.Johnny: Dime algo agradable.Vienna: Claro. ¿Qué quieres que te diga?Johnny:Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.Vienna: Te he esperado todos estos años.Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.Vienna: Habría muerto si tú no hubieses vuelto.Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero.Vienna: Aún te quiero como tú me quieres.Johnny: Gracias (bebe). Muchas gracias.Este extraordinario diálogo ha tenido tal repercusión que varios cineastas lo han reproducido de nuevo dentro de sus propias obras, como es el caso de Jean-Luc Godard en El soldadito, André Techiné en Barocco o Pedro Almodóvar en Mujeres al borde de un ataque de nervios.Han pasado muchos años desde que Johnny y Vienna se separaron. Cada cual ha tratado de olvidar al otro con todas sus fuerzas, negándose a aceptar que el destino pudiese volver a unirles tarde o temprano. Por la vida de Vienna han pasado muchos otros hombres y Johnny también ha tratado de encontrar a Vienna en otras mujeres, pero a ninguno de los dos les ha servido de consuelo este amargo sustituto. Por mucho que lo nieguen, se aman tanto como años atrás, pero el orgullo y el rencor les impiden ser sinceros. El único modo que tienen de dejar entrever sus auténticos sentimientos es a través de mentiras que delatan un amor que son incapaces de afrontar abiertamente. La sumisión amorosa de Vienna la lleva a repetir todas las declaraciones que Johnny le pide solícito. Y, mientras tanto, él bebe para intentar olvidar todo ese tiempo que han permanecido separados.En esta antológica secuencia, Vienna ha cambiado sus masculinas ropas por un camisón de dormir, detalle que resulta importante porque, a lo largo de film, cada uno de sus vestidos manifiesta externamente el estado interior del personaje. Tras esta secuencia, que concluye con la reconciliación de la pareja, ella volverá a vestir faldas y dejará a un lado su ruda actitud hacia los hombres.El otro gran componente de Johnny Guitar es el tratamiento del color. Ray procuró, como también haría en sus posteriores grandes films (Más poderoso que la vida, Muerte en los pantanos y los citados anteriormente), que la intensidad de los colores fuese un elemento que transmitiese los estados anímicos y los sentimientos con la misma fuerza que lo hacían los propios diálogos. Por ello, empleo colores muy vivos e intensos y una iluminación adecuada para cada escena, recurriendo, por ejemplo, a la utilización del claroscuro en la citada secuencia de la reconciliación o en la del intento de linchamiento de Vienna.Como se ha podido observar a lo largo de esta exposición, lo que predomina en el cine de Nicholas Ray no es el propósito de cultivar géneros concretos (como el western, en este caso), sino la voluntad de crear una poética en torno a sus historias. Todas ellas rebosan un singular lirismo, una poesía que trata de conmover al espectador sin caer jamás en fáciles concesiones melodramáticas. En la obra de Ray se pone de manifiesto un gran respeto en el modo de tratar al público, a quien se le invita a analizar la fuerza y el contenido de las imágenes y lo que éstas transmiten, siempre con una gran voluntad de captar el espíritu crítico y analista del espectador.Lamentablemente, la industria hollywoodiense muy pocas veces comprendió las intenciones de Ray, que se vio forzado a trabajar en ocasiones bajo la penuria económica de las producciones de serie B. Johnny Guitar fue uno de esos casos. Sin embargo, pese a los obstáculos que le conllevó trabajar en esas condiciones —escasos medios, tiempo de rodaje extremadamente limitado, reducida distribución de las películas—, Ray supo hacer frente a todas estas adversidades y realizar una de las obras más admiradas por los amantes de la poética del cine.
Categorias
Entidades
Sterling Hayden (Johny) e Joan Crawford (Vienna)numa cena de Johnny GuitarNicholas Ray (1911-1979) estudou arquitectura com Frank Lloyd Wright e trabalhou no teatro como actor, sob a direcção de Elia Kazan e John Houseman.Começou a fazer cinema depois do término da Segunda Grande Guerra e seu primeiro filme data de 1948. Tornou-se rapidanmente um director com marcas distintivas fortes: heróis frágeis, palpáveis, que tentam sobreviver num mundo cuja chave de decifração eles não detêm. Nesse mundo, a onipresente violência física e mental convive com a possibilidade de uma paixão arrebatadora e irrestrita.Seus primeiros filmes frequëntemente focalizavam tipos marginalizados como heróis. Em seu primeiro filme como diretor, o lírico Amarga Esperança, de 1948, Farley Granger fazia o papel de uma asaltante de bancos indeciso em sua fuga com a namorada. Em No Silêncio da Noite, de 1950, Humphrey Bogart era um roteirista auto-destrutivo acusado de assassinato. Em Cinzas que Queimam, de 1951, Robert Ryan era um policial amargo, e Johnny Guitar, de 195, trazia Joan Crawford como uma convincentee dona de saloon.Em Cinzas que Queimam, a estrutura básica de Juventude Transviada estava montada: um policial (Robert Ryan), nitidamente afetado pelo desencanto e pelo ambiente em que vive, passa a agredir violentamente os criminosos que persegue. Depois do enésimo caso de violência acima do aceitável, ele é conduzido a uma investigação no campo onde encontrará uma mulher cega (Ida Lupino), por quem se apaixonará, mesmo que isso implique reconsiderar sua relação com a violência e seu poder auto-destrutivo. O talento e a fluência de Nicholas Ray para filmar essas cenas extremas, tanto os arroubos de violência quanto os delicados momentos da paixão nascente, não fascinou de primeira a crítica norte-americana, mas encantou os então jovens críticos da revista Cahiers du Cinéma, que trataram de classificá-lo como o mais importante cineasta do pós-guerra (Éric Rohmer, em sua crítica de Juventude Transviada, Cahiers nº59). Jean-Luc Godard acreditava ser Ray a expressão pura do cinema. Em Juventude Transviada, Nicholas Ray encontrou um ator perfeito para designar todos os estados de espírito com os quais mais gostava de trabalhar; James Dean é ao mesmo tempo um rosto criança abandonado pela vida e, inversamente, a possibilidade de uma explosão de violência quando menos se espera. Mal ou bem, os protagonistas mais importantes de Nicholas Ray, de 1949 a 1955, são adultos abandonados, como Sterling Hayden, Humphrey Bogart ou Robert Ryan.Seus últimos filmes foram duas super-produções rodadas na Espanha, dos quais ele não teve total controle directo na direção, devido às imposições do produtor Samuel Bronston: King of Kings (Rei dos Reis), de 1961, e um belo filme sobre a vida de Cristo, cujo ponto marcante é a cena do Sermão da Montanha, e que Ray dirigiu com muita competência, locomovendo, além dos actores, sete mil figurantes, além da bela trilha sonora de Miklos Rozsa, e 55 Dias em Pequim, de 1962, sobre a ocupação dos ingleses e norte-americanos na China, na época dos boxers. Em seu último filme, Ray sofreu durante as filmagens um enfarte.Abandonando a direcção e Hollywood, Ray dedicou-se ao ensino universitário, lecionando Cinema e Direcção até meados dos anos 70, quando descobriu que tinha câncer. Wim Wenders, que o admirava, o colocou em seu filme O Amigo Americano, de 1977 como actor, e co-dirigiu com ele o documentário Lightning Over Water, editado em 1980, e que reflete os últimos momentos de Nicholas Ray e sua luta contra o câncer, que finalmente o sucumbiu.Filmografia 1948 - They Live by Night1948 - Woman’s Secret1949 - Knock on Any Door1950 - In a Lonely Place (Matar ou não matar)1950 - Born to Be Bad ( A deusa do mal)1951 - Flying Leathernecks1951 - An Dangerous Ground ( Cega paixão) 1952 - The Lusty Men (Idílio selvagem)1954 - Johnny Guitar ( Johnny Guitar)1955 - Run for Cover1955 - Rebel Without a Cause (Fúria de viver)1955 - Hot Blood1956 - Bigger Than Life1956 - The True Story of Jesse James ( Jesse James?)1956 - Amère victoire1958 - Wind Across the Everglades ( A floresta interdita)1958 - Party Girl1960 - The Savage Innocents ( Sombras brancas)1961 - King of Kings ( O rei dos reis)1963 - 55 Days at Peking ( 55 dias em Pequim)Johny Guitar:la poetica del cinepor Carlos Gimenez SoriaLa adscripción de Johnny Guitar al género del western es un factor que se ha ido contemplando, con el paso del tiempo, como algo meramente circunstancial. De hecho, una historia de pasiones arrebatadoras y de odios intensos como ésta podría haberse ubicado en otros marcos temporales y espaciales, cosa que habría determinado su catalogación en un género cinematográfico distinto (tal es el caso, por ejemplo, de Chicago, años 30 con respecto al film noir o de Rebelde sin causa en relación al drama de la juventud contestataria). Por lo tanto, son las convenciones de un entorno referencial las que justifican que, en cierta manera, las películas de Nicholas Ray sean clasificables dentro del panorama del cine de géneros.La esencia de la obra de Ray reside en otros elementos que son el verdadero motivo de la definición de su personalidad creadora: el voluntario exilio interior en que viven sus personajes, la opresiva realidad del entorno que les rodea y la necesidad de escapar de él. Éstos son, sin lugar a dudas, los auténticos componentes de su estilo cinematográfico.Johnny Guitar se inicia con la llegada de un jinete cargado con una guitarra a la espalda (Sterling Hayden) a un paraje asolado por una tormenta de arena. Su destino es el salón de Vienna (Joan Crawford), una mujer cuya actitud e indumentaria —lleva pantalones y una extraña corbata rematada alrededor del cuello en forma de pajarita— reflejan un carácter más bien viril. El encuentro entre ambos, presidido por la comitiva del pueblo que viene a dar un ultimátum a Vienna para que cierre su local, es frío, distante y extrañamente impersonal cuando se supone que Vienna ha contratado los servicios de un músico. El pueblo acusa falsamente a Vienna de ser la amante de Dancing Kid (Scott Brady), jefe de una banda de forajidos que supuestamente a asaltado la diligencia. Por el contrario, la portavoz del pueblo, Emma Small (Mercedes McCambridge), sí está realmente enamorada de Kid y, por eso, odia a Vienna. En este enrarecido entorno se desarrollarán las múltiples expresiones de sentimientos, rencores y venganzas que configuran el clima de esta película.El inicial desconocimiento del guitarrista y su relación con Vienna es uno de los aspectos clave para la presentación de esta historia que se desatará con mayor agresividad y turbulencia conforme avance el film. Por ello, Ray prefiere detenerse a mostrarnos todo un juego de miradas y un cruce de palabras con el propósito de introducirnos paulatinamente en el análisis de la psicología de los dos personajes protagonistas, Johnny —el guitarrista— y Vienna. Esta parte inicial de la película es riquísima en matices y ambigüedades: Nicholas Ray pone todo su talento para la exposición psicológica por medio de una sorprendente dirección de actores y de una brillante puesta en escena, repleta de detalles expresivos.Una vez que la comitiva del pueblo se marcha y Vienna se queda a solas con Johnny, se descubre todo lo que antes tan sólo ha sido sugerido: ambos fueron amantes en el pasado. El rencor de la separación y la distancia los ha marcado, especialmente a ella que, para sobreponerse, ha masculinizado su carácter. En ese momento entra en juego la mano maestra de Philip Yordan, guionista inteligente y hábil que coloca en boca de ambos personajes diálogos que diseccionan y ponen de manifiesto una auténtica explosión de pasiones y resentimientos que, en realidad, revela, mediante un procedimiento inverso, el ansia con que aún se aman.O célebre diálogo entre Vienna e JohnyUn diálogo en particular ha pasado a la Historia del Cine como una de las declaraciones de amor más intensas jamás filmadas.Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado?Vienna: A tantos como mujeres tú recuerdas.Johnny: ¡No te vayas!Vienna:No me he movido.Johnny: Dime algo agradable.Vienna: Claro. ¿Qué quieres que te diga?Johnny:Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.Vienna: Te he esperado todos estos años.Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.Vienna: Habría muerto si tú no hubieses vuelto.Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero.Vienna: Aún te quiero como tú me quieres.Johnny: Gracias (bebe). Muchas gracias.Este extraordinario diálogo ha tenido tal repercusión que varios cineastas lo han reproducido de nuevo dentro de sus propias obras, como es el caso de Jean-Luc Godard en El soldadito, André Techiné en Barocco o Pedro Almodóvar en Mujeres al borde de un ataque de nervios.Han pasado muchos años desde que Johnny y Vienna se separaron. Cada cual ha tratado de olvidar al otro con todas sus fuerzas, negándose a aceptar que el destino pudiese volver a unirles tarde o temprano. Por la vida de Vienna han pasado muchos otros hombres y Johnny también ha tratado de encontrar a Vienna en otras mujeres, pero a ninguno de los dos les ha servido de consuelo este amargo sustituto. Por mucho que lo nieguen, se aman tanto como años atrás, pero el orgullo y el rencor les impiden ser sinceros. El único modo que tienen de dejar entrever sus auténticos sentimientos es a través de mentiras que delatan un amor que son incapaces de afrontar abiertamente. La sumisión amorosa de Vienna la lleva a repetir todas las declaraciones que Johnny le pide solícito. Y, mientras tanto, él bebe para intentar olvidar todo ese tiempo que han permanecido separados.En esta antológica secuencia, Vienna ha cambiado sus masculinas ropas por un camisón de dormir, detalle que resulta importante porque, a lo largo de film, cada uno de sus vestidos manifiesta externamente el estado interior del personaje. Tras esta secuencia, que concluye con la reconciliación de la pareja, ella volverá a vestir faldas y dejará a un lado su ruda actitud hacia los hombres.El otro gran componente de Johnny Guitar es el tratamiento del color. Ray procuró, como también haría en sus posteriores grandes films (Más poderoso que la vida, Muerte en los pantanos y los citados anteriormente), que la intensidad de los colores fuese un elemento que transmitiese los estados anímicos y los sentimientos con la misma fuerza que lo hacían los propios diálogos. Por ello, empleo colores muy vivos e intensos y una iluminación adecuada para cada escena, recurriendo, por ejemplo, a la utilización del claroscuro en la citada secuencia de la reconciliación o en la del intento de linchamiento de Vienna.Como se ha podido observar a lo largo de esta exposición, lo que predomina en el cine de Nicholas Ray no es el propósito de cultivar géneros concretos (como el western, en este caso), sino la voluntad de crear una poética en torno a sus historias. Todas ellas rebosan un singular lirismo, una poesía que trata de conmover al espectador sin caer jamás en fáciles concesiones melodramáticas. En la obra de Ray se pone de manifiesto un gran respeto en el modo de tratar al público, a quien se le invita a analizar la fuerza y el contenido de las imágenes y lo que éstas transmiten, siempre con una gran voluntad de captar el espíritu crítico y analista del espectador.Lamentablemente, la industria hollywoodiense muy pocas veces comprendió las intenciones de Ray, que se vio forzado a trabajar en ocasiones bajo la penuria económica de las producciones de serie B. Johnny Guitar fue uno de esos casos. Sin embargo, pese a los obstáculos que le conllevó trabajar en esas condiciones —escasos medios, tiempo de rodaje extremadamente limitado, reducida distribución de las películas—, Ray supo hacer frente a todas estas adversidades y realizar una de las obras más admiradas por los amantes de la poética del cine.