Por: Javier Díaz Molina El comercio internacional demanda, cada día, una mayor rapidez en sus operaciones.Las empresas se abastecen de proveedores localizados en diferentes países, los cuales deben ofrecer precios competitivos y entregas oportunas, pues nadie está dispuesto a cargar con los costos de voluminosos inventarios. Contra esta dinámica conspira el narcotráfico y el terrorismo, pues para evitar que los canales tradicionales de comercio legal sean utilizados por las actividades ilegales, las autoridades de control en los países han debido construir mecanismos de vigilancia y control que le resta velocidad a las operaciones y, por sobre todo, hacen que ellas sean mucho más costosas.Para hacer frente a este fenómeno, las aduanas de los países desarrollados iniciaron, hace ya algunos años, la definición de estándares para los diferentes eslabones de la cadena logística, de forma que su cumplimiento por los exportadores, importadores y todos los agentes que intervienen en la operación sea garantía de un comercio seguro.Estados Unidos, a raíz de los atentados terroristas de 2001, con el fin de evitar que por la vía del comercio exterior se pueda atentar contra su seguridad nacional, diseño e instrumentó el C-TPAT, el cual es un modelo que establece los estándares que se deben observar por los actores del comercio exterior para preservar la seguridad.De igual manera, la Unión Europea ha avanzado en este camino, mediante la figura del Operador Económico Autorizado (OEA), que ha sido prevista por la Organización Mundial de Aduanas.De lo que se trata ahora es de lograr reconocimiento mutuo de los sistemas por parte de los países para universalizar el programa y alcanzar el objetivo de un comercio seguro. Colombia no ha sido ajena a esta tarea. Con todo lo que ha significado para nuestro país el flagelo del narcotráfico, se ha ganado experiencia para evitar que las cargas legales sean utilizadas para el envío de narcóticos. Las empresas han avanzado en la observación de estándares como el Basc y la aduana, con la adopción de figuras como los usuarios aduaneros permanentes -UAP y los Altex- lo que ha generado un mayor conocimiento de sus clientess.Colombia se apresta a adoptar la figura del Operador Económico Autorizado, dándole una connotación que supera la órbita aduanera, involucrando a las entidades de control que participan de las operaciones de comercio exterior como la Policía Antinarcóticos, el ICA, el Invima, además de la Dian.El compromiso de Colombia con esta iniciativa y la homologación con los principales países con los que tenemos intercambio comercial, resulta fundamental para la competitividad de nuestro aparato productivo y nuestras exportaciones.Fonte: larepublica.com (Colômbia)
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Por: Javier Díaz Molina El comercio internacional demanda, cada día, una mayor rapidez en sus operaciones.Las empresas se abastecen de proveedores localizados en diferentes países, los cuales deben ofrecer precios competitivos y entregas oportunas, pues nadie está dispuesto a cargar con los costos de voluminosos inventarios. Contra esta dinámica conspira el narcotráfico y el terrorismo, pues para evitar que los canales tradicionales de comercio legal sean utilizados por las actividades ilegales, las autoridades de control en los países han debido construir mecanismos de vigilancia y control que le resta velocidad a las operaciones y, por sobre todo, hacen que ellas sean mucho más costosas.Para hacer frente a este fenómeno, las aduanas de los países desarrollados iniciaron, hace ya algunos años, la definición de estándares para los diferentes eslabones de la cadena logística, de forma que su cumplimiento por los exportadores, importadores y todos los agentes que intervienen en la operación sea garantía de un comercio seguro.Estados Unidos, a raíz de los atentados terroristas de 2001, con el fin de evitar que por la vía del comercio exterior se pueda atentar contra su seguridad nacional, diseño e instrumentó el C-TPAT, el cual es un modelo que establece los estándares que se deben observar por los actores del comercio exterior para preservar la seguridad.De igual manera, la Unión Europea ha avanzado en este camino, mediante la figura del Operador Económico Autorizado (OEA), que ha sido prevista por la Organización Mundial de Aduanas.De lo que se trata ahora es de lograr reconocimiento mutuo de los sistemas por parte de los países para universalizar el programa y alcanzar el objetivo de un comercio seguro. Colombia no ha sido ajena a esta tarea. Con todo lo que ha significado para nuestro país el flagelo del narcotráfico, se ha ganado experiencia para evitar que las cargas legales sean utilizadas para el envío de narcóticos. Las empresas han avanzado en la observación de estándares como el Basc y la aduana, con la adopción de figuras como los usuarios aduaneros permanentes -UAP y los Altex- lo que ha generado un mayor conocimiento de sus clientess.Colombia se apresta a adoptar la figura del Operador Económico Autorizado, dándole una connotación que supera la órbita aduanera, involucrando a las entidades de control que participan de las operaciones de comercio exterior como la Policía Antinarcóticos, el ICA, el Invima, además de la Dian.El compromiso de Colombia con esta iniciativa y la homologación con los principales países con los que tenemos intercambio comercial, resulta fundamental para la competitividad de nuestro aparato productivo y nuestras exportaciones.Fonte: larepublica.com (Colômbia)